5 Maneras de mejorar tu vida

5 tips que puedes empezar a implementar para mejorar tu vida.

  1. Dedica tiempo a ti y a conocerte.

¿Cuánto tiempo pasas a la semana dedicado a conocerte más?

Una forma de conocerte más es llevar un diario, puede ser un diario en el que escribas libremente o puede ser un diario en el que contestes preguntas sobre ti, preguntas de introspección, por ejemplo: ¿qué me da miedo? ¿de qué me siento orgullosa(o)? ¿cuáles son mis mayores cualidades? ¿cuáles son las cosas que me gustaría trabajar de mí? ¿cómo es la persona que quiero llegar a ser? ¿quiénes son las personas más importantes en mi vida? ¿qué estoy haciendo para acercarme a esas personas? ¿qué estaba haciendo en mi vida en el momento en el que mejor me he sentido? ¿cómo podría replicar en el presente una vida simular?

Estos son solo algunos ejemplos, pero la idea es que poco a poco empieces a tener mayor claridad de quién eres, quién quieres llegar a ser, en qué te gustaría trabajar para llegar a ser esa persona, y genera una dirección clara hacia la cual caminar.

Conocerte es necesario para amarte. A medida que te vas conociendo mejor te vas valorando y queriendo más y vas reconociéndote como una persona merecedora de amor y de cosas lindas, de buenos tratos, porque no vas a aceptar menos de lo que tú te das. 

2. Medita

No necesitas pasar horas haciéndolo, comienza a darte 3 minutos al día para meditar al despertar, empezar el día de esta forma hará que inicies con una actitud muy diferente. La meditación es como un masaje para tu cerebro, te ayuda a ejercitar el músculo de la atención para enfocarte en el “aquí y ahora”, reducir los pensamientos catastróficos, el sobrepensar, las preocupaciones innecesarias.

Además meditar también favorece la introspección, el conectar contigo mismo(a), el darte un ratito de autocuidado.

Para meditar no es necesario que pongas tu mente en blanco, basta con que en esos 3 minutos te sientes en una posición cómoda y te concentres en atender a tu respiración, inhala por la nariz contando hasta 3, inflando el abdomen, después retén el aire durante 3 segundos y luego exhala por la boca contando hasta 5, intenta mantener la atención en cómo se siente el aire que entra y sale de tu cuerpo, si te distraes no pasa nada, solo date cuenta e intenta regresar tu atención a tu respiración. Permítete sentir ese momento de paz y empezar tu día sin tensiones. 

3. Identifica lo que es importante para ti y acércate a ello.

Pocas cosas son tan importantes para el bienestar como el tener claro hacia qué dirección quieres ir en la vida, no se trata tanto de metas, sino de los valores que quieres que le den dirección a tu vida. Cuando digo dirección y no metas me refiero a que los valores son como decidir si quieres ir al norte, sur, este u oeste, no es que en un cierto momento digas “ya llegué al norte”, sólo decides que tu dirección es al norte y comienzas a avanzar hacia allá, una vez que tienes clara esa dirección entonces ya te podrías plantear metas, por ejemplo voy a ir en esa dirección y cuando llegue a “x” kilómetro festejaré. Esto es muy importante porque a veces no alcanzaremos las metas que deseamos, pero si tenemos clara la dirección entonces podremos replantear metas sin que se nos caiga el mundo. Un ejemplo de un valor es la salud, vamos a suponer que para ti la salud es importante y caminarás en ese sentido, entonces las decisiones de la vida cotidiana se vuelven más claras, para acercarte a la salud podrías hacer ejercicio, comer sanamente, meditar, etc., hay muchas posibles metas congruentes con este valor. 

Para averiguar cuáles son aquellas cosas que son realmente importantes un ejercicio útil es imaginar que estás en tu cumpleaños número 90 y ya viviste casi toda tu vida y entonces pensar qué es lo que te gustaría que los demás dijeran de cómo viviste, qué cosas te gustaría que hubieran marcado tu vida. Esa pregunta puede darte algo de luz sobre lo que deseas en tu vida laboral, social, familiar, de pareja y demás.  

4. Ponte metas y genera hábitos.

Una vez que tienes claridad sobre las cosas importantes para ti ahora sí comienza a determinar algunas metas específicas, pero ojo, lo importante es ponerte metas realistas a un periodo corto de tiempo, muchas veces cuando ponemos metas a largo plazo nos cuesta más trabajo cumplirlas, como pasa con los propósitos de año nuevo. En vez de ponerte propósitos por año empieza poniéndote propósitos mensuales o semanales, al final de la semana date un premio y replantéate el propósito para la siguiente semana.

No intentes empezar con mucho porque te vas a frustrar y es probable que dejes el hábito. Se trata de implementar la ley de risitos de oro, ni muy poco ni demasiado, si te pones una meta muy fácil entonces no te sentirás motivado(a) a hacerla ni te generará reto alguno, pero si te pones una muy difícil solo te frustrarás. Busca una meta que para ti sea término medio, que te genere satisfacción cumplirla y que sea realista. Por ejemplo si jamás lees no te pongas una meta de un libro al mes, ponte la meta de leer una página al día entre semana, algo realista, pero que antes no hacías, poco a poco puedes ir aumentando. 

Tener estas metas y objetivos nos mantienen frescos mentalmente, nos dan sensaciones de logro durante toda la semana y estas sensaciones son excelentes antidepresivos naturales, además de que poco a poco estas acciones nos acercan a aquello que valoramos. El secreto está en hacer un sistema sustentable que nos permita disfrutar el día a día de ese hábito, si lo vas a sufrir diario y solo lo haces por la meta final a largo plazo entonces seguramente que tu sistema fracasará y te sentirás decepcionado(a).

5. Equilibra el tiempo de productividad y el de placer.

Cuando digo equilibrio me refiero a que cada persona necesita diferentes porcentajes de actividades de productividad y de actividades de placer u ocio. Piensa en tu día a día y piensa cuánto tiempo dedicas a actividades de productividad, es decir a actividades que te dan la sensación de logro, éstas pueden ser diferentes para cada quien, por ejemplo, el ejercicio, levantarse temprano, hacer tus deberes, son esas cosas que cuando ya que las hiciste te dejan esta pequeña sensación de orgullo, de que algo hiciste bien en tu día.

Ahora pon atención a cuánto tiempo dedicas a actividades de placer, es decir a cosas que quizás no son productivas o no tienen un objetivo útil, pero que te hacen sentir bien, por ejemplo ver una serie, leer una novela, jugar videojuegos, etc. El reto está en encontrar cuál es tu equilibrio, cuántas actividades de placer y de logro necesitas hacer al día para sentirte en estado óptimo y la mejor manera de averiguarlo es experimentando día a día, probando, por ensayo y error.

Otro tip para hacer esto más interesante es que intentes unir ambas cosas cuando sea posible, por ejemplo para mi una actividad de placer puede ser leer novelas policiacas, sé que quizás eso no sea muy útil, pero si le doy un twist para añadir productividad entonces podría leer una novela en inglés y aprovecho para mejorar mi vocabulario.

Si no sabes qué actividades implementar piensa en otro momento de tu vida en el que te sintieras más satisfecho o satisfecha con la distribución de tus actividades e intenta retomarlas o hacer algo equivalente.

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